Hoy he dedicado parte de la mañana a sembrar. Le llamo sembrar a cuanto empiezo a mover un proyecto nuevo, cuando comienzo a echar semillas, a ver cómo está la tierra...
Me sienta bien hacerlo cada cierto tiempo. Yo le llamo a esto el efecto zanahoria. Le llamo así porque esto de sembrar, como a determinados animales la zanahoria, me permite seguir en movimiento. Me estimula pensar en la zanahoria que quizá algún día, si sigo en marcha, tendré el placer de disfrutar.
Esto del efecto zanahoria me estimula a seguir en movimiento pero, sobre todo, a seguir soñando.
Me gusta esto de las zanahorias siempre que sean autoseleccionadas [imprescindible], excitantes [en caso contrario ni empiezo a caminar] y sabrosas [¡uhmmmmmm!].
Por cierto, ¿sabes qué? Que lo de lograr la zanahoria, para mi, es casi lo de menos... me resulta más importante el viaje que el destino o mejor y como decía el poeta: No sé a dónde voy pero sí con quién voy.
Tras cien días de blog, puedo decir que compartir cada día mis vivencias con tod@s vosotr@s es ya una de las zanahorias de mi vida.
¡Gracias por estar ahí cada día!
Sergio Fernández
7 comentarios:
idem.un placer.begoña.
Gracias a tí. A.
Gracias a ti, por estar aqui cada día con la aportacion de tu mirada positiva. Muy cierto eso de disfrutar del proceso. Enhorabuena por tu permanencia.
Gracias a ti Sergio, por compartir con nosotros tus pensamientos positivos.Continúa y enhorabuena!!
¡Ja, ja!
Está muy bien lo de la zanahoria, siempre que no sigamos una obsesión. Claro que es bueno moverse e ir sembrando por todas parte.
Algún día llega la cosecha.
Saludos, Sergio.
GRACIAS Sergio por tus pensamientos positivos inagotables. ¿alguna vez te llegan negativos? venga hombre, revela "Tu Secreto". un besote
Muchas gracias a ti Sergio, te conozco desde que naciste y me sigues sorprendiendo y sigo aprendiendo de ti cada día, doy muchas muchas gracias al universo cada día por el ser tan excepcional y humano en que te has convertido.
Carmen
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