lunes, 27 de octubre de 2008

37 | Un toro en la habitación

El pasado jueves comentaba con un colega lo que las personas suelen demandar de las sesiones de coaching.

Y en medio de esta conversación me regaló una bonita metáfora que quiero compartir contigo. Me parece interesante porque refleja bastante bien una característica que solemos tener las personas: no nos gusta trabajar sobre las dificultades de nuestra vida; preferimos tomar una pastilla o que nos den la solución ya hecha.

¿Para qué sirve el coaching? Pues imagínate que estás encerrado en una habitación a oscuras con un toro. Pues hacer coaching es como encender la luz. El coaching no elimina al toro de la habitación. Tampoco abre la puerta y mucho menos amansa al toro.

El coaching lo que hace es dar luz sobre una situación determinada. Antes estabas a oscuras y ahora tienes luz en la habitación. Suficiente. La decisión sobre lo que tienes que hacer es tuya.

Algunas personas piensan que no es suficiente.

Sin embargo, y aquí viene el quid de la cuestión ¿Qué parte de responsabilidad estamos dispuestos a tomar sobre nuestra vida? ¿Estamos dispuestos a asumir las decesiones o queremos que nos lo den todo hecho, que nos saquen el toro de la habitación? ¿Queremos que nos digan que tenemos que hacer con el animal?

Tenemos que hacer un esfuerzo por responsabilizarnos de nuestras vidas. No podemos seguir esperando que los demás, un médico, un coach, la publicidad o nuestra pareja nos diga lo que tenemos que hacer, decir o decidir.

La decisión sobre qué hacer con el toro te corresponde a ti. Solamente. Y no deberías delegarla en nadie. Ahora bien, espero que la habitación tenga la mayor cantidad de luz para que puedas tomar la mejor decisión con tus toros.

Sergio Fernández

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y al hilo de lo que cuentas, me he acordado de algo que leí ayer en un libro de Osho, "Conciencia. La clave para vivir en equilibrio", y que quiero compartir con vosotros/as. Y es en relación a encender la luz. Osho dice "Cuando enciendes la luz en tu habitación no tienes que empujar a la oscuridad para que salga. La presencia de la luz es suficiente, porque la oscuridad es solo la ausencia de luz. Lo mismo son todas nuestras locuras e insensateces". Y con esto añado a lo que contaba Sergio que es cierto que podemos seguir encendiendo muchas luces (coaching, terapias, pastillas...) pero la única luz es la que tenemos dentro. Mientras no queramos ir hacia dentro, reconocer nuestros defectos y dejar de mirar los de los demás no dejaremos de estar locos. Sólo cuando sabemos que estamos locos, dejamos de estarlo.
Buen día,
Esther

elena dijo...

Hola,
hoy participé en unas jornadas: "museos y colecciones", donde tu nos has dado una ponencia muy interesante.
Como verás estoy visitando tu blog, y me parece muy ameno.

Esta entrada del toro en la habitación me ha hecho gracia, porque en este caso concreto, con la luz apagada, el toro no te verá, y podrás buscar la puerta, abrirla, y escapar, o sencillamente conducir mansamente al animal hacia la salida,sin luz no será capaz de embestir.

Saludos.