Esta mañana, y para acabar una sesión de coaching, me he acordado de este cuento que me parece sencillamente genial.
La cuestión es que estábamos charlando sobre lo que hacen los demás y lo que dejan de hacer en ralción a lo que uno hace. Entonces, me ha venido a la cabeza este cuento. Y como creo decididamente que lo mejor para reflexionar sobre un tema es hacerlo a partir de relatos, experiencias, anécdotas o películas, pues lo he contado. Y se ha generado un fructífero debate.
Espero que a ti también te haga reflexionar. Ya sabes que siempre que recuerdo la fuente, la cito... pero este en concreto no recuerdo ahora mismo de dónde lo saqué... si alguien se acuerda, que nos lo haga saber!
En una aldea, hacía tiempo que no había llovido; como todos los rezos habían sido en balde, recurrieron al gran Hombre de la Lluvia, que pidió una cabaña a la entrada de la aldea, así como agua y pan para cinco días. Al cuarto día llovió. La gente volvió jubilosa de sus campos y lugares de trabajo, y se fue ante la cabaña del Hombre de la Lluvia para festejarle y preguntarle por el secreto. Él le contestó: "Yo no puedo hacer que llueva". Pero sin embargo llueve, dijo la gente. El hombre de la lluvia les aclaró: "Cuando vine a vuestra aldea, vi el desorden exterior e interior. Fui a la cabaña y yo mismo me puse en orden. Cuando yo estuve en orden, vosotros también os pusistéis en orden, y cuando ya estuvisteis en orden, también la naturaleza se puso en orden, y al ponerse en orden, llovió.
Sergio Fernández
La cuestión es que estábamos charlando sobre lo que hacen los demás y lo que dejan de hacer en ralción a lo que uno hace. Entonces, me ha venido a la cabeza este cuento. Y como creo decididamente que lo mejor para reflexionar sobre un tema es hacerlo a partir de relatos, experiencias, anécdotas o películas, pues lo he contado. Y se ha generado un fructífero debate.
Espero que a ti también te haga reflexionar. Ya sabes que siempre que recuerdo la fuente, la cito... pero este en concreto no recuerdo ahora mismo de dónde lo saqué... si alguien se acuerda, que nos lo haga saber!
En una aldea, hacía tiempo que no había llovido; como todos los rezos habían sido en balde, recurrieron al gran Hombre de la Lluvia, que pidió una cabaña a la entrada de la aldea, así como agua y pan para cinco días. Al cuarto día llovió. La gente volvió jubilosa de sus campos y lugares de trabajo, y se fue ante la cabaña del Hombre de la Lluvia para festejarle y preguntarle por el secreto. Él le contestó: "Yo no puedo hacer que llueva". Pero sin embargo llueve, dijo la gente. El hombre de la lluvia les aclaró: "Cuando vine a vuestra aldea, vi el desorden exterior e interior. Fui a la cabaña y yo mismo me puse en orden. Cuando yo estuve en orden, vosotros también os pusistéis en orden, y cuando ya estuvisteis en orden, también la naturaleza se puso en orden, y al ponerse en orden, llovió.
Sergio Fernández
2 comentarios:
gostei do seu blogger, e você escreve muito bem, parabéns!
bjosss
Un cuento con buena moraleja. Y es cierto que estamos en completo desorden, sociedad entera incluida. Y me refiero, sobre todo, al desorden de los pensamientos y de las bondades.
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