jueves, 17 de septiembre de 2009

218 | La vida que deseo

Con frecuencia me pregunto qué es lo que hace que algunas personas lleven vidas tan desgraciadas mientras que otras parecen vivir felices y cómodas con las circunstancias que les rodean.

Aunque es evidente que como sociedad deberíamos sentir vergüenza ante las injusticias que cada uno de nosotros permitimos, activa o pasivamente, aún así hay personas que consiguen llevar una vida satisfactoria y feliz y superar las situaciones más injustas. 

Pero además de las injusticias de base, de entornos que no estimulan la formación y el aprendizaje de los jóvenes, de circunstancias que minan la autoestima de las personas... al margen de todo esto, creo que la única diferencia entre unas personas y otras radica en la forma que tienen de pensar.

Cosecha un pensamiento y recogerás una acción, cosecha una acción y recogerás un hábito, cosecha un hábito y recogerás una vida. [No recuerdo de quién es la frase...].

Para mi, al margen del punto de partida, que es evidente que dota de ventaja o desventaja a algunas personas, lo único que puede marcar una diferencia importante en el largo plazo de una vida es la manera de pensar que cada persona decide tener. Insisto en lo de decidir. 

Tenemos miles de pensamientos cada día... ¿Te has parado a pensar sobre qué tratan los tuyos? Cada uno de nosotros tiene una serie de pensamientos favoritos, una serie de patrones mentales por defecto. Mi propuesta de hoy es que tomes consciencia de su temática. Mi propuesta es que observes, como si de una película se tratase, de qué tratan tus pensamientos.

¿Te quejas? ¿Qué te imaginas? ¿Piensas más en el pasado o en el futuro? ¿Te imaginas conversaciones que no existen y que nunca te atreves a tener? ¿Piensas más en tus carencias o en lo que ya tienes y disfrutas?

Tomar una decisión consciente sobre esos pensamientos, desde mi punto de vista, es lo único que puede marcar una diferencia en el largo plazo entre la vida que deseamos y la que no deseamos.

Sergio Fernández 

3 comentarios:

Marga dijo...

¡Qué razón tienes!
Soy diseñadora gráfica autónoma y en octubre cumplo un año siéndolo. Algunos de mi alrededor consideraron que era una tontería lo de trabajar por mi cuenta cuando decidí hacerlo, otros me apoyaron, y finalmente decidí agarrarme a las buenas sensaciones y tirar hacia adelante. Hoy por hoy no tengo mucho trabajo, pero sobrevivo y me siento agusto, y sobre todo me he dado cuenta de que estoy aprendiendo más sobre publicidad y diseño por mi cuenta que por cuenta ajena, y siento que durante este año he crecido más que en años anteriores.

Y tengo más metas, también hago música y quiero ver cómo puedo vivir también de ello, aunque tampoco me quejo dedicándome solo por hobbie, lo importante es hacer lo que está en tu cabeza, y no pensar que las cosas que a ti te gustan sólo pueden hacerlas tus ídolos, pues cada uno de nosotros también somos unos ídolos.

Lo que me sorprende y horroriza es ver como familiares menores que yo, que ahora han terminado la Selectividad, escogen huir de lo que les gusta y deciden meterse en lo que "parece" que da trabajo. Los adolescentes son un colectivo importante de este mundo que se siente deprimido y al que tenemos algo abandonado.

¡Mucha suerte (o mejor dicho: optimismo) en tus proyectos!

Gema Pérez dijo...

Esta reflexión encaja perfectamente con una frase que leí hace años, (me temo que no recuerdo de quién es, tan sólo que estaba en inglés, quizás se trate de un dicho popular), y que tengo escrita frente a la cama, para verla al despertar. Resume toda una manera de hacer las cosas, todo un estilo de vida:
“El modo en que vives tus días es el modo en que vives tu vida”

Gracias por este blog.

Gema Pérez.

Carmen dijo...

Gracias Sergio.
En cuanto a la cita "Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino"
es de Charles Reade (Escrito Ingles 1814-1884) hace años que la tengo anotada en mi agenda personal y me ha ayudado mucho. Carmen