Hoy me he acordado, mientras reflexionaba en una sesión de coaching sobre la manera de afrontar un problema, de una anécdota de mi etapa de estudiante en la Universidad.
Pronto descubrí que por el mero hecho de ir a la revisión de los exámenes, era frecuente obtener enmiendas al alza sobre la nota que se había asignado al examen o trabajo de turno.
Se puede afirmar, por tanto, que mi currículum académico mejoró como consecuencia de esa constancia que desarrollé de acudir a las revisiones de los exámenes.
Además, cuando el profesor en cuestión decidía que no subiría la nota, discutía su parecer hasta el límite de la buena educación con el claro objetivo de que, mientras eso sucedía, pensara que la próxima ocasión me pondría una nota más alta. No puedo decir que esto funcionase siempre, pero lo cierto es que daba sus frutos.
Y como nos ha gustado mucho esta anécdota y al final le hemos sacado su jugo, hoy la comparto contigo.
Reivindicar lo que es de uno no es sólo un derecho. Es además una excelente manera de mantener la autoestima en el nivel correcto y de evitar multitud de problemas.
Sergio Fernández
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