Yo había escuchado hablar de esta técnica como la pregunta McDonalds, lo que de por si ya debería convertirla en sospechosa.
El hecho es que en los últimos días me ha sucedido dos veces.
La primera, cenando en un restaurante, el camarero nos pregunta: ¿Desean un entrante? Y a continuación y sin mediar palabra, comenzó a recitar en forma de interrogación todos los entrantes.
Yo pensé y además le expliqué que si quisiera un entrante se lo pediría.
Como me llamó la atención, le pedí que me estimara que porcentaje de clientes accedían a solicitarle un entrante cuando formulaba esta pregunta.
Y aquí viene los sorprendente. Me dijo que alrededor de un 75%.
Pocos días después, echando gasolina, el dependiente me pregunta que si deseo unos chicles o "algo más".
Y tras responderle que si quisiera unos chicles, se los hubiera pedido, me di cuenta de que la misma pregunta en tan poco tiempo en dos sitios diferentes, incluso geográficamente, encerraba algo, así que le pregunté qué porcentaje de clientes le compraban chicles. Y aquí viene lo sorprendente. Me estimó en un 75- 80% el número de clientes que se llevaban unos chicles.
Así que tras tan sorprendente hallazgo de fin de semana, no lo voy a relacionar con la crisis o supuesta crisis ni con la avidez de algunas empresas ni tan siquiera con una sesuda reflexión sobre el márketing sino que hoy te dejo con la siguiente pregunta:
¿Qué no te ofrece la vida simplemente porque no te has tomado la molestia de pedirlo o de preguntarlo?
Sergio Fernández
1 comentarios:
esto no creo que sea que te interese realment, o q no te molestes en pedirlo, es q en principio no te interesa(y en final teoricamente) lo q interesa de verdad ya lo pedimos sin olvidarnos, como tu dices; pero al ofrecerlo comodamente y sin esfuerzos es mas facil que te entre esa "no necesidad" de repente,puro marketing.y por los porcentajes, marketing del bueno.
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